Riquete el del Copete
Grabado de Antoine Clouzier para la primera edición de
1697
Las fuentes
Este relato es el único
de los cuentos en prosa que no tiene fuentes populares sino literarias. En la
novela Inés de Cordoue de Catherine Bernard, publicada en 1696, un año
antes que Historias del tiempo pasado, se incluye un cuento con el mismo
nombre. Unos años después, en 1706, aparece un cuento de Mademoiselle
Lhérithier llamado Ricdin Ricdon, muy parecido a los anteriores. Como estas dos
escritoras pertenecían al círculo íntimo de Perrault, Soriano (op. cit.: 193)
no descarta la idea que los tres cuentos hayan surgido de una competencia
amistosa hecha en un salón literario, donde la consigna habría sido rescribir
una historia ya conocida por todos.
Haya existido o no una
versión oral, los tres cuentos tienen algunas diferencias: en el de Bernard el
héroe es el rey de los gnomos y en el de Lhéritier es un diablo. El Riquete de
Perrault sólo es un hombre feo: jorobado, narigón, bizco, pero muy inteligente.
¿La belleza o el espíritu?
Riquete nace feo como
un mono y con un copete de cabellos en la cabeza, pero, para compensar, un hada
que presencia su nacimiento le hace un regalo: mucho espíritu (beaucoup
d’esprit) y el don de contagiárselo a quien ame. Como vimos al analizar La
bella durmiente, tener espíritu no sólo significaba ser inteligente
sino también tener habilidad para conversar, despertando la admiración de los
oyentes.
Unos años después, el
hada de Riquete presencia otro nacimiento en otro reino. Esta vez se trata de
dos niñas mellizas, la mayor es hermosísima y la menor muy fea. La reina está
tan feliz con la hermosura del primer bebé que, para moderar su alegría (pp.7), el hada decreta que sea tonta.
Luego, como la madre está triste porque la menor es tan fea, el hada le otorga
tanto espíritu como a Riquete. La reina, que, evidentemente, ya prefiere a la
mayor, pregunta si no queda algo para su hija favorita y el hada le concede el
don de hacer hermoso a quien ame. La solución está en el futuro encuentro del
príncipe Riquete con la mayor de las hermanas.
Pasan los años y
Riquete se enamora de un retrato de la princesa bella y parte en su búsqueda.
Mientras tanto, la futura novia tiene problemas pues los jóvenes se acercan
primero a ella, pero, después de un tiempo, al notar que ni siquiera puede
mantener una conversación, eligen a la hermana fea. Hasta su madre la riñe por
su torpeza. La princesa se va a llorar al bosque y ahí se produce el encuentro
con Riquete que le otorga la inteligencia a cambio de su promesa de casarse con
él en el término de un año.
El personaje olvidado.
Cuando la mayor de las princesas obtiene la
inteligencia, el narrador nos cuenta:
Toda la
corte tuvo una alegría inimaginable; la única que no se sintió demasiado feliz
fue la hermana menor, ya que al dejar de tener sobre la mayor la ventaja del
talento, no parecía a su lado sino una mona muy desagradable (pp. 17).
Después el personaje desaparece
por completo pues no se la vuelve a mencionar.
¿Para qué Perrault
incluye este personaje que está ausente en el cuento de Bernard? Aparentemente
para contrastarlo con el de su hermana. ¿Por qué se olvidó de ella? La
explicación de Soriano (op. cit.: 425-430) está en la línea de la obsesión de
Perrault por los mellizos. Observa que, como en este caso, siempre el mayor es
el preferido de la madre. La hermana menor
es como el doble femenino de
Riquete, porque es tan fea como inteligente. Cuando Riquete y la mayor se
conocen se forma una nueva pareja gemelar; entonces este personaje no es
necesario y desaparece. No sólo la madre la deja de lado, el autor también.
El banquete subterráneo
Grabado de Gustave Doré para la edición de Hetzel, de 1862
Otro punto que no queda claro
es el hecho de que se abra la tierra y que haya toda una multitud de seres
preparando la boda de Riquete en un reino subterráneo. Sin embargo, si alguien
conoce el cuento de Bernard, el asunto se aclara. En esta versión Riquete es el
rey de los gnomos y vive bajo la tierra. La princesa se casa con él sin amarlo
y lo engaña, de día, con un amante hermoso. El marido descubre el engaño y la
castiga haciéndola inteligente sólo de noche. La princesa logra escaparse también
de noche y el esposo, que vuelve a descubrirla, transforma a su amante en un
gnomo exactamente igual a él. Este cuento muestra semejanzas con el mito de
Plutón y Proserpina.[1]
Perrault hace de su
personaje un hombre. Entonces ¿por qué
conservó ese detalle del mundo subterráneo si Riquete es un príncipe
como cualquier otro? ¿Otro olvido tal vez?
La magia del amor
Cuando la tierra se abre a sus pies, la princesa pregunta cuál es la
razón, y le responden que son los
preparativos para la boda del príncipe Riquete.
Entonces se acuerda de su promesa al tiempo que aparece Riquete muy
elegante con su traje de bodas. El príncipe la felicita por ser tan puntual,
pero ella se resiste y usa la inteligencia que él le otorgó para no cumplir su
compromiso. Como Riquete es tan inteligente como ella, también él utiliza argumentos convincentes hasta llegar a la
pregunta clave:
Dejando de
lado mi fealdad ¿hay algo en mí que le disgusta? (pp.26)
Ella inmediatamente contesta que no, pues reconoce que
es más inteligente e ingenioso que los otros pretendientes y entonces él le
cuenta que ella posee el don de hacerlo hermoso. La princesa lo desea con todo
su corazón y Riquete se transforma en el más apuesto de los príncipes.
Entonces, cuando el lector está fascinado por el acontecimiento maravilloso, el
narrador le dice:
Algunos
aseguran que no fueron los hechizos del hada los que operaron sino que fue simplemente
el amor el autor de esa metamorfosis. Dicen que la princesa, después de
reflexionar acerca de la perseverancia de su amante, de su discreción y de
todas las excelentes cualidades de su alma y de su espíritu, no vio más la
deformidad de su cuerpo ni la fealdad de su rostro (pp.
28).
Esto nos lleva otra vez a Cyrano
de Bergerac, la obra de teatro de Edmond Rostand estrenada exactamente
cien años después, en 1897. La protagonista Roxane, se enamora de Christian
porque es joven y buen mozo. Ella es una “preciosa”, le encanta que le hablen,
y le escriban, con hermosas palabras[2].
Christian recurre a la ayuda de Cyrano que escribe las cartas y hasta le sopla
al oído lo que debe decirle cuando está bajo su balcón. Claro que el beso se lo
lleva Christian. Cyrano es el primo de Roxane y está enamorado de ella desde
que eran niños, pero jamás se atrevió a decírselo a causa de su fealdad
concentrada, principalmente, en su gran nariz. Cyrano es un nuevo Riquete: feo,
pero lleno de espíritu. Roxane y Christian se casan e inmediatamente él debe
partir a la guerra. Ella sigue recibiendo apasionadas cartas, escritas por Cyrano.
Christian muere en la guerra y Roxane se retira a un convento. Su primo va a
visitarla durante años y ella sigue atesorando las cartas de su esposo y
hablando de él. Hasta el día en que le pide a Cyrano que lea la última carta y
se da cuenta de que su primo no está leyéndola sino recitándola de memoria.
Entonces comprende lo que pasó; ella no
estaba enamorada de Christian sino de su primo ya que el “esprit” que ella
amaba estaba completamente ausente en su esposo porque era el de Cyrano. Pero
ya es demasiado tarde. Cyrano, herido de muerte, cae en sus brazos.
Pierre
Citti (1990), en el prefacio a la edición de “Cyrano de Bergerac”, establece
las relaciones entre el cuento y la obra:
“Vemos que Cyrano
se acerca con insistencia al cuento pero perturba la distribución de los roles.
El héroe es feo, y es un encantador en verso y en prosa. Christian es hermoso,
pero estúpido, como lo dice crudamente de Guiche. A su “hermano” Cyrano le
dará, no espíritu, sino su espíritu. Roxane es bella e inteligente. Sin embargo,
le está reservado a Cyrano abrir la verdadera inteligencia del corazón.
Conocemos la atrevida interpretación del cuento de Perrault. No hay nada de
parecido aquí, gracias al impulso natural hacia el amor que conduce a la
demasiado espiritual Roxane a amar “verdaderamente”. Y a permanecer virgen.
Amar verdaderamente la conduce a pronunciar las palabras mágicas “yo lo
amaría…aún feo”, pero es a Christian a
quien se lo dice. Entonces Christian se hace un lado, Cyrano entrevé la
felicidad. Christian se hace matar…Cyrano se sacrifica y se calla.
Pero hay un quinto acto, el acto de
la confesión en el momento de la muerte. Y Roxane dice: “¡Yo lo amo, viva!”
Cyrano responde: “¡No! Porque es en
el cuento que cuando se dice ¡Yo te amo! Al príncipe lleno de vergüenza, él
siente que su fealdad se funde frente a esas palabras de sol…Pero tú te darás
cuenta de que yo permanezco igual.”
El argumento a decir verdad estaba
previsto por Perrault, quien lo desarrolla en la moraleja de “Riquete el del
Copete”.
Pero Perrault se permite una
libertad que no se permite Rostand: es él que sale de la lógica del cuento y da
una interpretación psicológica a su historia. Cyrano dice solamente que la
magia no funciona” (op.
cit. 20-21).
Para la
princesa del cuento no es demasiado tarde o la magia sí funciona. Ella se da
cuenta de que lo que posee Riquete es mucho más importante que lo que le falta.
Las dos
moralejas insisten en esto mismo:
Todo
lo que se ama es bello,
Todo lo
que se ama es talentoso (pp.
31).
Por una vez, Perrault cambia
la ironía por el romanticismo.
Riquete hoy
Este cuento
no ha tenido mucho éxito entre los lectores tal vez porque, además de los
detalles mencionados que quedan sin explicación, no tiene un conflicto que
atrape y el final resulta previsible.
El mensaje es tan explícito que no hay nada
que censurar. Sin embargo, también fue censurado. La editorial Sopena lo
publicó en 1930 como libro independiente que se reeditó varias veces, en
distintos formatos. Uno de ellos es el de mini-libro, Riquet, el del jopo
es el número 7 de la serie A de la colección “Cuentos Miniatura Sopena” de
1941. Debajo del título dice “Adaptación del cuento de Perrault”. La adaptación
consiste en que la princesa hermosa realmente olvida su primer encuentro con Riquet.
Cuando él se lo dice no puede acordarse por más que se esfuerce, pues resulta
intolerable que una persona de categoría se niegue a cumplir sus promesas. La
moraleja también fue cambiada:
La inteligencia tiene, pues, más valor que
la belleza, y nuestros pequeños amiguitos llegarán a ser tan felices como
Riquet si son muy estudiosos y respetuosos con sus maestros (pp. 15).
Muchos
años después, en Cuentos de Perrault, de la editorial de Barcelona Editors, de
1996, la adaptación llega más lejos. Antes de decidirse por Riquete, la hermana
mayor estaba pensando seriamente en aceptar la propuesta matrimonial de un
hermoso príncipe. Cuando éste se entera de que Riquete fue el elegido...
...
sin saber qué hacer ni qué decir, pues ya había comunicado a sus padres que iba
a pedir en matrimonio una de las hijas del rey de aquel Estado, fuese en
seguida a palacio y allí solicitó la mano de la hija menor de los reyes.
Y
es fama que el joven no anduvo muy desacertado, pues la joven elegida, aunque
falta de belleza, sabía compensar tal defecto con la extraordinaria
inteligencia de que estaba dotada, por lo que, aparte de una buena esposa,
resultó una reina ideal singularmente capacitada para gobernar a su pueblo (pp. 114).
Perrault se desentiende de lo políticamente correcto al decir que, cuando
la hermana mayor se volvió inteligente, la menor no parecía a su lado sino
una mona muy desagradable (pp. 17). Sin embargo las ediciones que
hemos visto cargan de enseñanza a un cuento que no la tiene, a menos en ese
sentido.
La edición más actual que encontré es la de Vicens Vives, de España y pertenece a la colección
“Cucaña”. Se trata de lecturas propuestas para la escuela primaria española,
pero también se distribuyen en Chile y Argentina. Al final del cuento, hay ocho
páginas de actividades. El autor de la adaptación y de las actividades es el
mismo: Agustín Sánchez Aguilar. Las ilustraciones son de Jean Claverie. El
libro no tiene formato de libro-álbum y las ilustraciones, aunque son
abundantes y expresivas, tampoco tienen las características de las de un álbum.
La primera edición es de 2001.
El cuento parece haber sido elegido, no a causa de su popularidad sino de
sus “valores”, basta con leer el texto de la contratapa:
“¿Logrará Riquete ser correspondido? La
respuesta la hallaremos al final de este cuento encantador, en el que Perrault demuestra
una sensibilidad literaria fuera de lo común. De su mano, los buenos
sentimientos se alían con los diálogos más ocurrentes para darnos atender que
el corazón ve mejor que los ojos y que el poder del amor no tiene límites”.
La principal falla de esta edición es
contraponer una única lectura (la princesa
ama a Riquete aunque sea feo) al final ambiguo del autor (¿el aspecto
físico del protagonista se transforma o es la princesa quien lo ve con otros
ojos?). A los niños lectores no se les da esta doble posibilidad. Veamos la
última pregunta de compresión de texto:
“Antes de casarse con Riquete, Dora
decide usar el don mágico que le concedió el hada.¿Qué ocurre entonces?
- Que todos los hombres empiezan a
parecerle muy feos.
- Que Riquete empieza a parecerle
guapo.
- Que la princesa Mira deja de
hablarle” (pp. 56).
Dora y Mira son los nombres que el
adaptador les pone a las princesas. Obviamente Mira, la hermana fea e inteligente,
no desaparece sino que se casa con un príncipe guapo y sabio. La moraleja en
verso es mucho más larga que la de Perrault e insiste en la fuerza del amor y
en que la auténtica belleza se encuentra en el alma.
En la sección “Comentario” de las
actividades hay una serie de preguntas para los lectores. Algunas de ellas son:
“-¿Te gustan las personas inteligentes
como Riquete y la princesa Mira o, por el contrario, te caen mal? ¿Por qué?
-La madre de Dora y Mira dice que la
gente siempre se ríe de las “personas tontas”. ¿Se han reído de ti alguna vez
porque no supieras algo? ¿Qué opinas de las personas que se comportan así?
- Cuando ve por primera vez a la
princesa Dora, Riquete dice que “la belleza es el don más valioso del mundo”.
Sin embargo, la mayoría de la gente piensa que hay cualidades más importantes
que la hermosura. Cita tres.
- La princesa Dora está a punto de
rechazar a Riquete por “lo feo que es”. ¿Crees que se equivoca al casarse con
él? ¿Te parece que las personas guapas son mejores que las feas? ¿Opinas que
está bien juzgar a la gente por lo guapa o lo fea que es?
- Según la moraleja que se pone al fin
del cuento, ¿dónde se encuentra “la verdadera belleza de las personas”? ¿Estás
de acuerdo con lo que dice la moraleja? “(pp. 57-58)
Después de haber leído todo el libro
bajo la doble guía de la maestra y del adaptador, los niños no podrán hacer una
lectura propia. Esta edición es un claro ejemplo del uso de la literatura infantil
para fines ajenos a ella.
Imagen de la edición de Vicens
Vives ilustrada por Jean Claverie (2001)
[1] Plutón, rey del Hades, rapta a Proserpina para casarse con ella y la mantiene encerrada en el inframundo. Ceres, madre de la ninfa, provoca que todo muera en la tierra a causa de la tristeza que experimenta por la desaparición de su hija. Finalmente se llega a un acuerdo: Proserpina vivirá seis meses con su esposo y seis meses con su madre. En esa época (primavera y verano) la tierra vuelve a florecer.
[2] La obra figura en el siglo XVII, época en que vivió Cyrano de Bergerac, contemporáneo de Molière y de Perrault.
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